Otra vez vuelvo a la montaña, no; os lo digo para que veais la pertinaz monotonía de mi existencia, y digo yo... ¿Para que vengo?... ¡Ah si!, para disfrutar del confort de mi caldera, para qué voy si parece estar mas claro... para trabajar. Una vez aclarado este punto existencial, prometo no hablaros mucho más de la chimenea canalla, o como mucho os diré que tambien paso grandes momentos mirando el fuego y reorganizndo los troncos, para conseguir una llama centradita y homogenea, pero ya está.
Ahora me gustaría hacer una declaraión solemne de buenas intenciones y mejores deseos para vosotros; mis queridos y pacientes amigos y para el resto de la humanidad. Una decclaración que trascienda los indefinidos limites de la navidad. A ver, a ver...
"Desde lo más profuno y limpio de mi persona, desde ese sitio en el que todos somos Uno, quiero que llegue ya mismo el momento en el que nos reconozcamos, y que el estatus que prevalezca sea el de la alegría, la paz, la armonía, la belleza... el amor, donde no hay pena, ni miseria, ni sufrimiento, ni enfermedad. Si, os estoy hablando desde el Cielo que está dentro de mi, que ni si quiera yo conozco, pero que se que está, y que como se que es lo mejor que tengo, dispongo de El para compartirlo con vosotros".
Os quiero mucho. Besitos
domingo, 17 de diciembre de 2006
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