Después de leer muchas opiniones y vivencias sobre si alquilar o comprar una vivienda y del engorro que suponen las mudanzas, he mirado mi propio ombligo y veréis resultado:
Antes del gran triunfo que supuso la adquisición de mi bonita casa de Granada, tuvieron lugar tres mudanzas estructurales, es decir; de desembarco. Posteriormente y debido a las características de mi trabajo, se han producido…
A ver: Ronda, Marbella, Mecina Alfahar (en la Alpujarra), Ugíjar (también en Las Alpujarras) y, ahora, Pozo Alcón (Jaén). Es decir: cinco mudanzas coyunturales y parciales ya que, mi casa de Granada sigue abierta y funcionando; vuelvo a ella los fines de semana y en vacaciones.
He colaborado activamente en las mudanzas de todos y cada uno mis novietes. Ahora lo pienso y me da risa, pero la cosa tiene miga. El proceso que se produjo en los tres casos fue el siguiente:
Fase previa: Comentarios y lloriqueos sobre la necesidad de mudarse
Fase primera: Intimidad
Fase segunda: Encargos y delegación de tareas
Fase tercera: Mudanza y puesta en marcha su nuevo hogar
Fase cuarta: “No te quiero” (se acaba la historia)
¿Tendré un cartel en la frente que dice Si ti tienes intención de mudarte, sedúceme?
Lo más curioso es que la cosa ha ido a peor. Con el primero, fui yo solita la que ofrecí mi experimentada colaboración. Que fue aceptada, sin más. Con el segundo, No solo me ofrecí. A este hombre había que empujarlo. La criatura no se decidía a dar el paso ¡y necesitaba cambiar urgentemente de vivienda! Se resistía por innumerables miedos y resquemores que ayudé a disipar activamente con la energía, el optimismo y la hiperactividad que me caracterizan. Allí estaba ella, dispuesta a lo que hiciera falta. ¡Muebles, ajuar, cortinas, decoración! ¡Fué divertido!
La apoteosis final (espero) ha sido el último. Aquí la entrega ha sido total. Mi aportación (cómo diría él) ha tenido rasgos de mecenazgo y no es conveniente comentar mucho más, ya que aún no me hace gracia.
Ahora y visto lo visto, en cuanto algún osado pretendiente comienza su actuación con cualquier tipología de lloriqueo, ¡huyo!
Para esta frenética sucesión de idas y venidas y de portes gratuitos he contado con cuatro coches que he comprado nuevos, los he paseado por gran parte de la Andalucía profunda, les he metido unas tracas impresionantes diarias, siempre han dormido en la calle y han muerto en el ejercicio de sus funciones. ¡Pobres!
Otro día os contaré (literal) los novios, novietes, medio novios, no-se-sabe-bien-qué… ¡Ah! Marido y amantes que, hasta ahora, han pasado por mi vida.
Recuento de datos:
Alquileres........8
Propiedad.........1
Hipoteca..........1
Mudanzas.........14
NOTA:
- Novietes, medio-novios y no-se-sabe-bien-qué son distintas categorías de relación. Que, aunque el concepto no ha cambiado, sí la nomenclatura, con el fin último, a mi entender, de ir aminorando sucesivamente el grado de compromiso. (Programación neurolinguística)
miércoles, 13 de enero de 2010
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