Hoy, le pese a quien le pese (que no le pesa a nadie) no me queda más remedio que escribir en un tono dramático.
Me siento tan necesitada de atención y afecto, que me da vergüenza y me escondo, ¿es esto lógico?
La confusión se apodera de mí una vez más; ¡lo que me cuesta aprender! ¿O lo que me cuesta es comprender? No se.
¿Hacemos lo que queremos? En la mayoría de las ocasiones hacemos lo que la familia ha dicho que está bien, y nos pasamos la vida viviendo una vida que no es nuestra, y no entendemos nada. Tenemos un miedo horrible a salir del modelo familiar-social aunque hay una sospecha más que fundada de que algo no va bien, Notas que ni pintas nada en el Modelo familiar, ni pintas nada en el Modelo social. ¡Dios que pereza! ¿Y ahora qué? En atender las necesidades creadas se nos va media existencia, entre trabajo, descanso y ocio hay momentos de lucidez en los que sueñas en algo, que no consigues, pero no sabes bien lo que es y ves como se van agotando las posibilidades de averiguarlo y conseguirlo.
En estas condiciones se apodera de mí un desconcierto, un desasosiego que difícilmente tiene consuelo. La única salida que encuentro es huir, no se, si para protegerme o para proteger a otros de mí. Observo como lo único que quiero es, estar sola y cuando lo consigo me duelo de lo sola que estoy. ¿Alguien le encuentra sentido a esto que escribo?
Debe ser la falta de sol, llevamos ya muchos días grises y fríos.
Hacía algún tiempo que no escribía, he estado muy ocupada, pero también es verdad que lo que me sale de dentro es un poco descorazonador y he esperado para ver si os contaba algo un poco más divertido. De momento no es posible. Esto es lo que hay.
miércoles, 17 de febrero de 2010
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