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miércoles, 30 de diciembre de 2009

Generosidad

Buenos días:

Me voy a obligar a escribir para tener mi mente ocupada. Voy a organizar mis pensamientos y voy a decir al mundo lo que pienso y lo que siento.

Claro, que… el mundo se preguntará ¿por qué me ha caído a mí esta cruz?

No obstante lo voy a hacer…vamos a ver: hay un tema que a estas alturas me llama la atención. Se trata de la generosidad, ¿Qué es la generosidad?

Según la Real Academia de la Lengua Española, es: Inclinación o propensión del ánimo a anteponer el decoro a la utilidad y al interés. Esto tiene mucho de que hablar, ya que al utilizar la palabra decoro, obliga a circunscribir la generosidad a la cultura, costumbres, género y en general a todas las vertientes que se os ocurran de la diversidad humana.

Utilidad e interés son dos términos que dan lugar al desarrollo de toda una ciencia; la Economía, utilidad puede entenderse como el nivel de satisfacción que se obtiene de algo en función de unas determinadas circunstancias (quiero significar que digo; algo, no alguien) e interés es el rendimiento que obtenemos de una inversión. Bien, una vez ubicados en la terminología; analicemos la generosidad entre dos personas de la misma cultura (primer mundo, occidente, nivel medio de todo) de distinto género en un ambiente afectivo-sexual (ya que sería distinto si habláramos de un ambiente laboral o familiar).

En este supuesto ¿como se expresa la generosidad de uno y de otra?

El, tiene una serie de necesidades que cubrir que pasan por compartir su intelectualidad, exponer su capacidad de seducción, ratificar su virilidad etc. Para esto necesita obviamente a una mujer (ya que estamos hablando de heterosexuales) después de una selección indecorosa a todas luces, porque no busca una mujer; busca un objeto de entretenimiento lo más afín posible en el que pueda descargar sus necesidades sexuales, con un desapego palpable y un pacto previo de no compromiso. El no aporta nada. Solo exige, por el hecho de existir, por su posición privilegiada de clase media-ocre económica e intelectual y pretende que ella (después hablaré de ella) sea la que sea, da igual, complazca, amenice, estimule sexualmente, ofrezca una disponibilidad absoluta de tiempo y para colmo que subvencione sus caprichos y aficiones. Esta actitud no es generosa.

Ella, también tiene una serie de necesidades que cubrir que coinciden con las de él en un primer estadío. Pero no se imagina que está siendo tratada como una muñeca hinchable, ella tiene en sus poros la necesidad de un HOMBRE desde luego no para que la mantenga, desde luego no para que la humille, no para que la utilice. Ella quiere encontrar un caballero que valore su esencia, que la ame, que la elija. Que no hable de compromiso, que no hable de gastos, que solo hable de amor. Entonces y solo entonces derramará su potencialidad de la que se desprenderá posteriormente y con total generosidad lo que haga falta para matizar las diferencias. Esta actitud es demasiado generosa.

Esta descompensada situación nos lleva a la soledad, que desde mi punto de vista es una postura más decorosa, por lo tanto más generosa, que compartir utilidades e intereses.

(Si, es cierto, el cambio de roles también se da, pero creo que es un daño colateral de la intención de igualdad mal entendida)

He dicho.

Estoy deseando ver latir muchos corazones en el mundo, no es una metáfora.