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martes, 12 de diciembre de 2006

¡Dios, que pena!

Me pregunto; en que me equivoco... no encuentro satisfacción en casi ninguna relación con personas humanas, me refiero a satisfacción emocional, no capto bien que se espera de mi, y cuando lo capto, es demasiado tarde.... casi siempre es preferible seguir instalada en la confortable soledad. Yo quiero encontrar gente que sea capaz de entender mi idiosincrasia, con la que no tenga que explicar como se han de establecer los criterios básicos de respeto, de cariño, de independencia, de autonomía, de prioridades.¿Es probable que exija mucho?. ¿O es que no tengo nada que ofrecer, y por eso la gente no me respeta?, o lo que ofrezco a nadie le interesa... ¿Que ofrezco? no lo se. ¿Que quieren?, no lo se. ¿Que pasa? ¡no tengo ni idea!, pero me siento muy sola, y quiero ponerle fin a esta angustiosa situación, quiero tener a donde ir, quiero que alguien me espere, pero que no me atosigue, y que no me vea obligada a hacer cosas que no quiero hacer, o que pueda hacer cosas que quiero hacer, que la compañía sea compatible, que no se me tema, que no se me ignore, que no se me subestime, que no se me engañe. Quiero que me quieran.

2 comentarios:

theodore dijo...

Todos nos vemos en un trance así más de una vez en la vida, incluso demasiadas veces. Vamos subiendo peldaños de aprendizaje, conociendo nuestras reacciones y aprendiendo de los desengaños, de los errores. Piensa en todo lo que vas cogiendo del camino y úsalo, al final no tendrás que pensar si das más o menos, o si esperan más o menos. Las cosas y las personas llegan cuando tienen que llegar. Solo hay que estar pendiente, receptiv@ y optimista. Y nunca nos libraremos de sentir o proporcionar un poco de atosigamiento, celos o malentendidos, todo eso va con la relación. Hay cosas que son inevitables, pero el buen uso que hagamos de la experiencia será lo que nos ayude.

El Cinéfilo Ignorante dijo...

Carambita, Teodoro, estás hecho un genio. Has expresado en pocas palabras lo que uno íntentaría sin éxito explicar en un tocho de libro.