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lunes, 3 de enero de 2011

¡Adiós al annus horribilis, hola al annus benevolus!


El año pasado iba a ser el año de los años y ¡por Dios bendito!, que lo ha sido. Yo creo que peor no pueden ponerse las cosas, aunque quién sabe... No obstante con el optimismo que me caracteriza; decreto para mí, los míos y para todo el que se quiera apuntar, alegría, prosperidad, salud, afecto y mucha sensatez.
Con el tiempo y con la madurez que te aporta el medio siglo, cada vez tengo menos necesidad de expresar. Mas bien tengo pulsiones silenciosas de observación y reflexión, por lo tanto tengo pocas cosas que deciros, solo que tengáis paciencia que todo llega. Que penséis siempre en quiénes lo pueden estar pasando peor; que los hay. Que agradezcamos lo que tenemos y que sigamos adelante.

Besicos


2 comentarios:

Anónimo dijo...

resignación:un Mecanismo de Defensa.
Ya sabes lo que tienes que hacer: aguantar. Sería más fácil si fueras ave solitaria, pero en cualquier caso no tienes otra opción. Todo se desmorona alrededor, no sólo para ti, así que todo es un poco peor cada día: los colores menos intensos, los sabores más amargos..., mientras los ojos y el paladar se acostumbran, y el espíritu se resigna. No queda otra que aguantar estoicamente por la sencilla razón de que no existen organizaciones que representen a los expoliados, a los desheredados, a los perdidos, que generalmente son los más valiosos, los auténticos, puesto que cuanto mayor es la calidad de un ser humano, peor le va. No existen ni sindicatos, ni partidos, ni asociaciones que defiendan los intereses de los "débiles". Hoy los "débiles", claro, son los independientes. Y los independientes deben ser sacrificados. Las cabezas deben rodar, hasta que todos seamos igual de bajos, de idiotas y de pervertidos. Hasta que la corrupción sea nuestra razón de ser. Hasta que el servilismo sea nuestra seña de identidad. Hasta que parpadeemos estupefactos ante la demanda de justicia y de belleza. Así que lo mejor es que no llores, para no desperdiciar tu rabia. ¿Quién va a contestarte negándote la razón, si la razón te asiste? ¿Ánimos? No los necesitas, a menos que busques drogarte con la compasión. No hay otro camino que el estoicismo, la espera de horas mejores en compañía de tu rabia, atesorada como la piedra en la honda.

Marianma dijo...

¡Bendito sea el poder de Dios y su Santisima Cohorte Celestial!
¿Quien eres?